lunes, 4 de junio de 2012

Château de Candé, escenario de la boda del siglo

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
El tramo central del Valle del Loira, con sus castillos, mansiones, ciudades y pueblos históricos y, sobre todo, un paisaje cultural definido por el hombre desde hace siglos, es uno de los grandes destinos viajeros de Francia. Lo que es mucho decir. Es tal el poso de arte, historia, leyenda, gastronomía, arquitectura y formas tradicionales de vida —del art de vivre— aposentado en este lugar que es una delicia ir a descubrirlo y, sobre todo, volver a sorprenderse de lo mucho que se pasó por alto en en viaje anterior.


Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Me han hecho falta cuatro viajes a la zona para encontrar la ocasión de visitar el château de Candé. A primera vista es sólo uno más de las decenas y decenas de châteaux de la zona. Una vez más habrá que recordar que no se puede traducir simplemente château por castillo. El château no tiene la adustez ni el carácter estrictamente militar del castillo castellano. En cambio, tiene mucho de mansión, de palacio, de lugar de disfrute. En su origen muchos fueron fortalezas, pero con el tiempo todos fueron modificándose hasta convertirse en lujosas expresiones del art de vivre.

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
El château de Candé —situado a unos 10 km. de Tours— es conocido fundamentalmente por ser el lugar en el que se celebró una de las bodas más sonadas de la historia: la del duque de Windsor (el que fuera rey Eduardo VIII) con Wallis Warfield Simpson en 1937. La historia es bien conocida y no viene a cuento repetirla aquí.

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Sin embargo, hay dos detalles que quisiera comentar
El primero hace relación a la razón de elegir este château como escenario para la boda, más allá de que sus propietarios Charles y Fern Bedaux les invitaran.

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Esta pareja muchimillonaria había adquirido la finca en 1927 y había llevado a cabo una gran tarea de modernización del edificio, que hasta entonces era una construcción neogótica, muy bonita pero muy incómoda para vivir. Los Bedaux hicieron instalar un completo sistema de fontanería, electricidad y calefacción central. Los ocho dormitorios disponían de cuarto de baño, y tenían un sistema que permitía llenar las bañeras en sólo un minuto, algo nunca visto en esa época. 

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Incluso dispusieron del primer teléfono instalado en una residencia particular de Francia. También instalaron un gimnasio con los aparatos más modernos de la época, e incluso disponían de un campo de golf dentro del inmenso parque de 250 hectáreas que rodea la construcción. Es decir, que se casaron en este château porque era un lugar muy confortable.

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Todo esto viene a cuento porque ahora una visita a Candé  permite sumergirse en un mundo sofisticado del primer tercio del siglo XX. A lo largo del Valle del Loira se visitan grandes palacios y castillos, que en general nos llevan a otros tiempos, con sus tapices, sus camas con dosel y sus armaduras. Esto es un viaje a un mundo con aromas del art déco, muy sofisticado y elegante. Una delicia.

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
El segundo detalle a comentar es lo bien que lo hicieron los Bedaux al ceder su humilde morada para la ocasión. Fue un golpe publicitario de primera, que hizo que la atención mundial se centrara en ellos. La finca ahora es de propiedad pública, y tiene un flujo constante de visitantes atraídos por esa mítica boda, que nunca ha dejado de despertar el interés. 

Château de Candé. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Ahora estoy recordando que hasta The Rolling Stones tienen una canción en la que hablan de ellos. La promoción fue excelente y duradera. De hecho hoy, exactamente 75 años después de aquel 3 de junio de 1937, estamos recordando ese momento y hablando del château de Candé. 

3 comentarios:

  1. Me apunto el lugar para mi próximo viaje al Loira

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  2. Lucas, el château de Candé es una visita interesante, con independencia de la historia de la boda, en una zona repleta de lugares que bien merecen ser conocidos. Gracias por la visita.

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  3. El Château de Candé es un lienzo de elegancia y romance, donde las flores se convierten en pinceladas de belleza. Un escenario idílico para bodas que florecen en la magia eterna.

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