lunes, 23 de mayo de 2011

Orson Welles estaría encantado en el Niemeyer

Avilés. Centro Niemeyer. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Las obras de arte no se miden por lo que son en sí mismas, sino por lo que representan para los demás. Por el impacto que producen. Por lo que suponen a aquél que se acerca a ellas. Por los sentimientos y pensamientos que despiertan. Por lo que generan en los demás, por eso nuevo que tienes después de un encuentro con esa obra y que no tenías antes. 
Tengo la impresión -por lo que voy leyendo en los blogs de los colegas con los que visité el centro Niemeyer de Avilés en nuestra reciente visita a Asturias- de que más de un calambrazo corrió por la espina dorsal de nosotros. Luego cada uno lo cuenta de una forma diferente. 
Aparte de la emoción estética que me produjo el Centro Niemeyer, me supuso una serie de asociaciones de ideas. Una de las presencias que me acompañaron desde que paseamos a la caída de la tarde y se encendieron las luces fue la película El tercer hombre, de Carol Reed. ¿La razón? Lógicamente los juegos de sombras que se producen en la Cúpula debido a la iluminación que tiene, que recuerdan continuamente a diferentes escenas de esa magistral película. 
Como pequeño homenaje no pude resistirme a grabar un pequeño vídeo: El tercer hombre en Avilés
Aviso: es supercutre, un alarde de técnica mugrienta acompañada por el ruido del viento y una banda sonora que salía de un teléfono móvil. Cada uno da lo que puede, y prometo esforzarme más en otra ocasión. Ficha técnica: protagonista, Rafa Pérez, el Fotógrafo Viajero; música, Anton Karas; dirección, cámara y demás, yo mismo. 
Al día siguiente al encuentro con empresarios turísticos y periodistas asturianos volvimos al centro a ver la exposición Luz, de Carlos Saura. Y entonces Orson Welles volvió a mí de forma natural con la serie de espejos.

Avilés. Centro Niemeyer. Foto: Ángel M. Bermejo
El recuerdo de una escena decisiva de La dama de Shangai era evidente.
Nota: no es mi intención compararme con los protagonistas...

4 comentarios:

  1. Sin saber que estabais grabando un vídeo yo miraba de reojo desde cierta distancia y pensaba: ¡madre mía, que infancia más larga tienen estos dos!

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  2. ¡Bravo, bravo, bravo! Tú Ángel como cineasta y Rafa por su faceta de actor que no me imaginaba.

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  3. Las sombras no abandonan a sus dueños. La sombra del Niemeyer impide el olvido de la memoria. Es arte puro que emociona.

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  4. Me parto con el tercer Hombre.... definitivamente ha sido un calambrazo de genialidad la que os ha inyectado Asturies

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