viernes, 20 de mayo de 2011

Centro Niemeyer: sensaciones, pasiones, perspectivas




Como toda obra original, la de Oscar Niemeyer despierta pasiones. A favor o en contra, pero es difícil que deje indiferente. Ha sido así toda la vida. Y con el Centro Niemeyer de Avilés, en Asturias, no podía ser de otra manera.









Los cuatro edificios del Centro Niemeyer, con sus formas peculiares y su distribución del espacio, despiertan la imaginación. Hay quien ve medio huevo cocido en el Auditorio. Pero lo miras desde otro ángulo y parece una ola gigantesca. Este Auditorio tiene, al menos, dos detalles a destacar. Uno es que el escenario se puede abrir hacia el exterior, por lo que algunos espectáculos podrán seguirse desde la plaza por miles de espectadores. Y también hay que recordar que, siguiendo la máxima de democratizar el arte, no hay palcos ni lugares privilegiados en el patio de butacas.








La Torre tendrá próximamente un restaurante y un bar, con vistas al conjunto, la ría y el propio Avilés. Al verla, tengo la sensación de que la escalera es algo vivo que se descuelga de la parte superior y que lo que ves es un instante congelado de su movimiento.









La Cúpula es sobria y elegante por fuera, pura convexidad blanca y sencilla. Por dentro es un mundo oscuro, cóncavo, complejo a pesar de ser completamente diáfano. Es el espacio dedicado a exposiciones.








Hay un edificio polivalente que, junto a la Cúpula, tiene la forma que más me recuerda a otros edificios de Niemeyer en Brasil. Las cristaleras, según incida la luz, se pueden convertir en un gigantesco espejo.




Pero lo que más me gusta es lo que, en principio, parece que no es nada: la plaza. El espacio que se abre entre los edificios. Una marquesina ondulante conduce tus pasos de una lado a otro, y da gusto dejarse guiar. Estás al aire pero te sientes protegido. El techo encuadra el horizonte, que se abre y se cierra a cada paso. Y creo que dentro de poco van a ocurrir cosas importantes en la vida de los avilesinos en esta plaza blanca y luminosa.





Y no hay que olvidarse de los puentes que permiten llegar al Centro pasando por encima de vías de tren y brazos de la ría.





Todas las fotos: Centro Niemeyer, Avilés, Asturias. Ángel M. Bermejo (c)



4 comentarios:

  1. Pasaba por aqui y me acabo de encontrar con dos cosas que me han encantado...las fotos,en las que se nota la profesionalidad de sus perspectivas y la manera con la que las comentas. Con tu permiso,me quedaré por aqui para seguirte.
    Un saludo

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  2. Bienvenido Kai51 y gracias. Las puertas están abiertas.

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  3. Magnífico comentario sobre el Centro Cultural Óscar Niemeyer y fotos excelentes. Coincido, a mí también me encanta la plaza, por la amplitud del blanco tan importante en el diseño gráfico. El grupo de edificios es una especie de pirámides egipcias vanguardistas, en mi modesta e ignorante opinión de ciudadano de a pié. Un buen trabajo es el que se percibe en este blog para la descripción de semejante obra -de arte- porque conmueve con la diversidad de su trascendencia. Resalta la buena opinión del viajero sobre las alabanzas de los propios habitantes acostumbrados a este nuevo paisaje urbano.

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  4. Las escaleras bien diseñadas contribuyen a la inclusión al ofrecer opciones de movilidad en diferentes entornos. En resumen, las escaleras son elementos versátiles que fusionan función y forma en la construcción de entornos habitables y estéticamente agradables.

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