lunes, 18 de julio de 2011

Nelson Mandela y otros más en Robben Island



Celda de Nelson Mandela en Robben Island. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
El barco tarda apenas media hora en llegar desde el Waterfront, la zona turística y comercial de Ciudad del Cabo, a Robben Island. Es un viaje desde las tiendas de moda, los restaurantes finos y las luces del consumo a la historia oscura que no debe olvidarse. Este islote ha sido, durante 400 años, lugar de exilio y prisión de locos, leprosos y prisioneros políticos.
Los más conocidos son, lógicamente, los más recientes, los que se opusieron al apartheid en Sudáfrica y Namibia. De aquí surgió la figura de Nelson Mandela como líder de la tolerancia y la reconciliación, tan admirada hoy en todo el mundo. No le resultó barato. De los 27 años que pasó entre rejas, 18 transcurrieron en esta isla rodeada de corrientes heladas infestadas de tiburones. La Unesco considera a Robben Island como patrimonio de la humanidad.
Todos los guías que acompañan a los visitantes que recorren la isla son antiguos presos políticos. Gente todavía joven que pasó varios años en este agujero. Como Modise Phekonyane, que se dejó aquí parte de su juventud entre 1978 y 1982 y ahora explica con detalle la vida en prisión al tiempo que envía un claro mensaje de amor a la libertad.


Imagen de prisioneros en la cantera. Robben Island. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Hay que tener las cosas muy claras para hablar de reconciliación cuando se muestra a un visitante el módulo de máxima seguridad, en donde estuvieron encarcelados Mandela y otros líderes. Cuando enseña las celdas donde estaban encerrados, donde dormían en el suelo, tal vez encogidos porque son tan pequeñas que si uno era un poco alto no se podía estirar al tumbarse. O, al recorrer la isla, visitar la cantera en la que los prisioneros pasaban años picando piedra que luego no se utilizaba para nada. Aquí se machacaba piedra caliza, de color muy claro y muy brillante bajo el sol del verano, por lo que muchos prisioneros acabaron con serios problemas de la vista. O al seguir el camino y detenerse con los turistas delante de una casita amarilla y decir que en ella Robert Sobukwe pasó nueve años en reclusión absoluta, sin contacto con nadie. Una comisión le visitaba cada año y le preguntaba si había reconsiderado sus opiniones políticas. Cuando decía que no le condenaban a un año más de aislamiento.


Casa en la que estuvo preso Robert Sobukwe en Robben Island. Foto: Ángel M. Bermejo (c)

Modise Phekonyane refiere mil y una historias sobre sus años de prisión y los de sus compañeros, con seriedad y con
un punto de optimismo, el que necesita para mirar hacia el futuro. Sabe que tiene muchas cosas que contar, y ha empezado con un libro de poemas. Luego vendrán otros más. Mientras tanto, al recorrer la isla, se preocupa también de que los visitantes se fijen en los avestruces, en los ciervos y en los pingüinos que proliferan en esta isla tranquila. Y de que aprecien la buena vista de Ciudad del Cabo y de Table Mountain, allá, dominando el horizonte.
Hoy, 18 de julio, Nelson Mandela cumple 93 años. Felicidades.

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