lunes, 5 de diciembre de 2011

Perú, Peregrinación al santuario del Señor de Qoyllur Rit'i #3

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)


Aunque el momento más importante de toda la peregrinación es la madrugada del martes de Trinidad, es decir, la antevíspera del Corpus, la llegada de los peregrinos a la hoyada de Sinakara se produce poco a poco en los días anteriores. El domingo se celebra un curioso mercado, el juego de las piedras. Una de las principales motivaciones de los fieles es elevar una petición al Señor de Qoyllur Rit'i, al que se tiene por milagroso.

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Para el bien o para el mal. En la ermita se encienden velas con cabellos o hilos de la ropa de las personas a las que se desea castigar. Pero, sobre todo, destaca este imposible mercado de símbolos donde, con papeles que reproducen fajos de billetes se compran dibujos de aquello que se ambiciona, o piedras de forma parecida. Otros imitan mediante la mímica lo que desean realizar. 
Cuando han comprado sus sueños, se dirigen al nicho de la Virgen, convertido en una especie de banco, y depositan los objetos adquiridos o el dinero conseguido. Ya sólo queda esperar.

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Pero el rito más estremecedor se desarrolla en el glaciar. Es la madrugada del martes, y antes de que se presienta la salida del Sol, se pone en marcha la comitiva, ajena al frío y al cansancio acumulado. Subo por la cresta inestable de la morrena, a duras penas, porque estamos a más de 5.000 metros de altitud. Los peregrinos, quechuas adaptados durante siglos a los Andes, suben en sandalias, fumando, y todos me adelantan. En un momento alguien me sugiere que no siga adelante. Los gringos, que hemos podido seguir perfectamente todos los actos de la romería, no estamos autorizados a presenciar los ritos secretos que se celebran en las soledades del glaciar.

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Se puede ver desde lejos a los ukukus que danzan y corren sobre el hielo, ajenos al frío y al peligro de un accidente mortal. En ese momento no son personas, sino el animal mítico que representan. Después cargan sobre sus espaldas unos enormes bloques de hielo, e inician el descenso con su carga blanca, hacia la ermita. Si la montaña es un apu, una manifestación de lo divino, el hielo que nace en las alturas es también sagrado y goza de propiedades curativas. Cuando se derrita, el agua se guardará celosamente para utilizarla como medicamento.

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
A media mañana del martes, después de la última misa, la mayoría de los peregrinos inicia el descenso hacia Mahuayani. Son, sobre todo, los mestizos. Los indios no dan por terminada la peregrinación, y un grupo de unas mil personas inicia la última etapa, hacia la aldea de Tayankani, a más de 30 kilómetros de distancia, por la ladera del nevado Ausangate.

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Se camina toda la tarde, y cuando el sol se esconde la comitiva se detiene a rezar. Cuando sale la luna el extraño ejército de la Estrella de la Nieve se pone en marcha en una larga fila. Antes del amanecer los peregrinos se detienen en la pampa de Jatunajaq a esperar. Esperar a que termine la noche más larga del año. Esperar de rodillas a que reaparezca el Sol, para que los hombres no vuelvan a vivir en la oscuridad, como en el comienzo de los tiempos. 

Peregrinación del Señor de Qoullur Rit'i, Perú. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Pero, una vez más, la claridad vuelve a dejarse notar detrás del cerro. Y cuando sale el Sol, después de una larga y temida ausencia, se le adora con un fervor inimaginable. El dios no ha olvidado los hombres.

3 comentarios:

  1. Esta ha sido una de las historias que más me ha gustado de las que llevas publicadas en el blog. Impresionante experiencia.

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  2. Gracias Rafa. Sí, fue una experiencia impresionante e inolvidable.

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  3. Definitivamente voy a intentar presenciarlo en primera persona. Comparto las felicitaciones de Rafa.

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