martes, 20 de noviembre de 2012

Gauguin y el viaje a lo exótico en el Museo Thyssen de Madrid

Exposición Gauguin y el viaje a lo exótico, Madrid. Foto: Ángel M. Bermejo (c)

Gauguin y el viaje a lo exótico. Difícilmente encontraremos una exposición con nombre más sugestivo. Pues ahora, y hasta el 13 de enero de 2013, existe un espacio en Madrid dedicado a esta idea, a la pintura que cumple con ella, un lugar en el que maravillarse, entregarse a algunos cuadros excepcionales y, de paso, dejar volar la imaginación.
Es la exposición de la temporada en el Museo Thyssen-Bornemisza.
Aunque hay muchos cuadros y dibujos de Paul Gauguin hay que decir que no es una exposición exclusivamente de obra de este pintor. Es una exposición en la que se transita por una idea: cómo la huida de la “civilización”, el viaje hacia los orígenes, se puede convertir —a través de la mente y los pinceles privilegiados de un genio— en un impulso renovador. Renovador de la vida del autor (ejercicio probablemente fallido) y, sobre todo, de la pintura. Es curioso que un viaje a lo antiguo conduzca a lo más moderno, pero así son las cosas. Tal vez por ello la aventura vital y artística de Gauguin en la Polinesia ha cautivado a tantos desde hace ya más de un siglo.
Siempre se habla de las dos estancias de Gauguin en la Polinesia, cuando en realidad estuvo tres veces. Casi nadie recuerda que siendo un muchacho Gauguin dio la vuelta al mundo trabajando en la marina mercante. Entonces pasó fugazmente por Tahiti, y ese recuerdo, anclado en el fondo de su mente, le llevaría al final de su vida a realizar sus dos viajes tan conocidos. Tampoco hay que olvidar su estancia en Martinica, que se refleja en ese cuadro tan extraordinario que es Idas y venidas y que es uno de los primeros que se ven al entrar en la exposición.
A partir de ese momento, las salas del museo se convierten en una sala de tesoros en la que se emprende el viaje hacia lo exótico, hacia lo lejano, hacia lo diferente. Un viaje en busca del otro. El viaje, por tanto, reflejado a través de algunos de los cuadros más atractivos de la historia del arte.
Allí se puede ver Dos mujeres tahitianas (traído desde el Metropolitan de Nueva York), pero también Paisaje tropical con un gorila atacando a un indio, de Henri Rousseau (evitando así el viaje al Virginia Museum of Fine Arts de Richmond). Pero también se pueden descubrir obras de Emil Nolde, Max Pechstein, Jean Metzinger o Ernst Ludwig Kirchner, además de Delacroix, Kandinsky, Klee, Moilliet, Matisse... También se proyecta Tabú, de F. W. Murnau.
Gauguin quiso con sus obras representar la realidad de una manera no realista sino de una forma más profunda, como si fuera a través de los sueños. Y, sobre todo, rompiendo las convenciones de su tiempo. Se transmite mucha emoción pintando un paisaje por el que pasan caballos azules. Gauguin ha sido el pintor que más me ha acelerado el corazón. Viajar por el mundo me ha dado ocasión de ir buscando sus cuadros (y los de Vermeer) por diferentes museos, y a veces esta búsqueda ha llegado a ser un poco obsesiva.
Así que me fui a la exposición del Thyssen. Entré al final de la tarde, y recorrí las salas. Pero al llegar al final, en lugar de salir, volví al comienzo. En ese momento ya no entraban más visitantes, y las primeras salas estaban completamente vacías. No voy a decir que es lo mismo que tener esos cuadros en tu casa, pero tener la posibilidad de ver Dos mujeres tahitianas completamente solo, aunque sólo fuera unos pocos minutos, es una de las delicias de la vida. Me hizo acordarme de mis viajes a la Polinesia...
 

5 comentarios:

  1. Amigo Ángel, si son tahitianas ya no hace falta que sean millonarias. ;-)

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  2. Hola, excelente blog. Muy ilustrativo.

    Recientemente he puesto en marcha mi una iniciativa personal en la que oferto visitas guiadas
    en bicicleta por berlin para grupos muy reducidos y al mismo tiempo mantengo informados a los visitantes de las actividades más asequibles para el bolsillo diariamente.
    http://berlinenbici.com
    Un saludo desde Berlín.

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  3. ¡Muchas gracias por el post Ángel! Te recomiendo que vayas a la Fundación de Mapfre, Sala Recoletos. El Centro Pompidou ha prestado una colección de arte contemporánea con cuadros de Matisse, Mondigliani, Picasso y Miró, entre otros.

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  4. Apreciar exposiciones artísticas y coleccionar obras como cuadros de Padilla es una fuente de enriquecimiento personal para aquellos que aman el arte y su expresión creativa.

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