lunes, 10 de enero de 2011

Borneo III: Con los (antiguos) cazadores de cabezas


No muy lejos de Negara se encuentran las montañas de Kalsel, en las que habitan los dayak bukit en sus pueblos tradicionales. Antes de salir de Banjarmasin había arreglado un encuentro con un guía para recorrer a pie con él esta zona y visitar las aldeas locales. De modo que en el día acordado fui al pueblo en el que tenía la cita y esperé en el hotel la llegada del guía.

Así empezó una excursión de cinco días por estas montañas. Caminábamos durante el día y por la tarde llegábamos a una aldea, donde pasábamos el final de la tarde descansando y observando la vida local. Siguiendo un consejo que me dieron en Banjarmasin llevaba una cantidad desmesurada de paquetes de cigarrillos para hacerme amigo de todo el mundo. Es lo que quieren del mundo exterior.

Al llegar el guía hablaba con el jefe de la aldea, que nos asignaba una familia para atendernos. Los dayak bukit mantienen todavía la costumbre de vivir en casas comunales, que a diferencia de otras regiones de Borneo no son alargadas, sino cuadradas. Son grandes estructuras construidas alrededor de un patio interior cubierto al que dan las habitaciones y en el que se desarrolla la vida diaria. Afortunadamente ya no mantienen la peculiar costumbre de cortar las cabezas de los enemigos previamente liquidados, algo muy habitual en otros tiempos en estas tierras.

El guía se había ocupado de conseguirme una colchoneta, pera ésta resultó ser de esas de medio centímetro de grosor, por lo que pasé cinco noches durmiendo prácticamente en el duro suelo de los patios centrales de las casas comunales.

En esos días conocí cazadores y comerciantes de canela, comí lo que podía y vi búceros de grandes picos volando bajo las copas de los árboles. También cumplí con ese deseo infantil de ir por la selva, tener sed y, como quien no quiere la cosa, cortar una liana con un machete y beber directamente -como de un botijo- el agua que se vierte.


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