viernes, 23 de septiembre de 2011

MARQ, Museo Arqueológico de Alicante

Pebeteros iberos. MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Si alguien piensa que un museo arqueológico provincial es un lugar aburrido, polvoriento y con pocos fondos es que no ha visitado el MARQ, el Museo Arqueológico de Alicante
Aquí el visitante se enfrenta a diferentes experiencias. Por un lado, el museo ofrece un repaso de la historia de Alicante desde tiempos prehistóricos, pero también proporciona unas cuantas lecciones sobre el propio trabajo de la arqueología, que son válidas para esta provincia, pero también para cualquier otro lugar del mundo.
La clave de su atractivo no está solo en la calidad y cantidad de las piezas que se muestran, sino en la forma en que está concebido el conjunto.

MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Lo primero que hay que destacar es que se ubica en un antiguo hospital, fundado en 1931, por lo que se han tenido que adaptar a su peculiar estructura. Pero lo han conseguido de tal forma que la propia adaptación sirve para establecer no sólo la distribución de las salas, sino también el mismo concepto de que atraviesa la exhibición de sus fondos. 
Hay cinco salas permanentes, las dedicadas a la prehistoria, los iberos, la cultura romana, la Edad Media y la Edad Moderna. Cada una de ellas ocupa el mismo espacio, y dentro de cada una se repite la misma estructura narrativa, que acaba siempre al final de la sala con un espacio dedicado al culto a los ritos funerarios y el culto a los muertos.

Imagen de audiovisual que recrea el foro de Lucentum. MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
El MARQ aplica las nuevas tecnologías sin complejos, y todo el museo está lleno de pantallas táctiles, audiovisuales, recreaciones de escenas ambientadas en la época a la que se dedica la sala, de juegos, de reproducciones que se pueden tocar, etc.
Aunque lo importante es el conjunto y las sensaciones y conocimientos que transmite, hay algunas piezas magníficas que sobresalen, como un pebetero ibero y, sobre todo, una mano de bronce, parte de una estatua dedicada a un emperador romano, hallada en el yacimiento de Lucentum. 
Hay tres espacios dedicados al propio trabajo de la arqueología, ya sea en un medio rural, urbano o subacuático. También hay tres salas dedicadas a exposiciones temporales.

Recreación de trabajos de arqueología subacuática. MARQ. Foto: Ángel M. Bermejo (c)
Otro de los detalles interesantes de este museo es que se completa con varios parques arqueológicos. Algunos están situados en las afueras de la ciudad de Alicante, y otros en el interior de la provincia. Uno de ellos, el santuario de Pla de Petracos, incluye pinturas rupestres inscritas en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. 
Y para estar al día de todas las noticias sobre el tema de la arqueología en Alicante, nada como seguir el blog del museo.
Que es un museo especial no lo digo yo. Por algo le darían el Premio Museo Europeo del Año 2004, título que comparten el Guggenheim de Bilbao (2000) y el CosmoCaixa de Barcelona (2006). 



2 comentarios:

  1. Muchas veces nos vamos de vacaciones a un sitio y nos tiramos horas panza arriba tomando el sol, desaprovechamos el tiempo que estamos en una ciudad y no nos enteramos de nada de ella. Esto no nos pasaría si hacemos como tu :ver esos espacios donde nos enseñan realmente lo que fue la ciudad.
    Interesante tu reportaje con unas fotos muy logradas.
    Un saludo

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  2. Gracias kai51 por tu comentario. Es un poco triste comprobar que los meses de menos visitas del MARQ coinciden con las vacaciones, cuando no hay grupos de escolares, y eso que en verano cambian los horarios para ajustarlos a las siestas.

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